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"Después de la riada en el comedor de casa teníamos entre 30 y 40 cm de agua y nos sentábamos con las piernas levantadas" Eduard Ponce https://www.rubi.cat/@@site-logo/ajuntament-de-rubi.png

"Después de la riada en el comedor de casa teníamos entre 30 y 40 cm de agua y nos sentábamos con las piernas levantadas"

Eduard Ponce

Eduard Ponce El día de la riada, Eduard Ponce vivía en la calle Terrassa, 18. Tenía 20 años. "Vi cómo el agua entraba por la calle Justícia ya antes de la llegada de la gran tromba de agua. Era oscuro y desde de la ventana de mi casa observé movimientos de linternas. De repente, un ruido muy fuerte y después ya no vi nada más". Eduard recuerda como pasada la riada "en el comedor de casa teníamos entre 30 y 40 centímetros de agua. Mi padre, mi madre y yo (mi hermano no estaba), para no mojarnos los pies, nos sentamos con las piernas levantadas". Su voz transmite tristeza cuando explica que ayudó como voluntario los días siguientes a la tragedia y cómo, haciendo esta tarea, "en las inmediaciones del espacio que ocupaba la antigua cárcel encontré a una niña muerta". Una tristeza que contrasta con la rabia que dice que experimentó "cuando escuché unos cargos del ejército que eran de alto rango diciendo que todas las lágrimas quedarían atrás en el momento de cobrar por las víctimas". Eduard explica que su padre tuvo que detenerlo porque quería salir y enfrentarse a los militares por esas calumnias.

"Desgraciadamente", sigue diciendo, "tuve que darles la razón un día que estaba en la barbería y dos personas afectadas por la tragedia hablaban del dinero que recibirían en función de los muertos de cada uno". El padre de Eduardo, que había emigrado de Murcia, regentó durante muchos años la Barbería de Cal Xic Sereno, a quien él le dio el nombre de Barbería la Unión en homenaje a su pueblo (La Unión de Cartagena). Eduard, entonces, le ayudaba como oficial de primera.

Eduard también recuerda a las tres únicas personas que él recuerda que se salvaron de la riada: Andreu Soronellas, Claudi y uno de los hijos de los porteros de la fábrica de Cal Mosques de quien no recuerda el nombre. El primero dice que "fue arrastrado por las aguas y se presentó completamente desnudo en (la antigua) estación de Rubí. Perdió a la mujer y al hijo. Claudi fue arrastrado por las aguas y se hirió gravemente la pierna, durante muchos años iba cojo. La mujer murió pero él logró salvarse y fue a vivir al nuevo barrio del 25 de Septiembre. Trabajaba como oficinal de latero frente al Casino, en la fontanería del Domingo Soler. El hijo de los porteros de Cal Mosques me parece que todavía está vivo. Se salvó porque se agarró a la verja de una puerta", explica haciendo memoria de los hechos.

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