Los cátaros, una voz silenciada

Jaume Cluet Llobet, grado universitario en Turismo, máster en Dirección de Empresas, grado universitario en Ciencias Empresariales y, en los últimos 25 años, especialista en Turismo Cultural mediante la actividad cotidiana en el sector del Turismo.

Paralelamente ha desarrollado diversas tareas como activista cultural en los campos de la Historia, Filosofía y Humanidades y como conferenciante en diversas entidades culturales y Aulas Universitarias de las Personas Mayores. También ha estado ejerciendo como prescriptor y guía cultural de varios destinos en distintos países de Europa, Asia y África.

En pleno cambio de milenio, a partir del Año Mil, y básicamente entre los siglos XI y XIV, un nuevo movimiento religioso surgió en distintos lugares de la Europa medieval que, en base a una renovación del mensaje cristiano, se convirtió en un notable caso de disidencia hacia la teología imperante de la iglesia romana. Fue en Occitania, donde los nobles de un talante abierto y permisivo, representado por el concepto “paraje” impulsaban una sociedad brillante y cultural y al mismo tiempo se animaron con esta nueva prédica cristiana. Desgraciadamente, esto conllevó un porvenir cruento y terrible, puesto que contra esta heterodoxia espiritual se declaró la famosa Cruzada contra los Albigeses, al tiempo que provocó el nacimiento de los Tribunales de la Inquisición para hacerla desaparecer definitivamente. Curiosamente, el Catarismo entronca directamente con el mensaje de Jesucristo puesto que es fiel seguidor de los textos del Nuevo Testamento al conservar rasgos característicos del cristianismo primitivo con una característica peculiar y singular basada en una renovada interpretación cristológica de carácter “gnóstico”. En los primeros dos siglos del inicio de la expansión del mensaje cristiano, la teología "gnóstica" proveniente de los antiguos centros mistéricos, herederos de las antiguas tradiciones espirituales del mundo antiguo pagano, también formó parte del "corpus" dogmático del cristianismo pero toda una serie de sucesivas disputas teológicas en varios concilios de las múltiple antiguas iglesias provocaron la desaparición de estas enseñanzas herméticas que tan sólo reavivaron de nuevo con la llegada del Año Mil.