Al día siguiente
Al día siguiente de la trágica noche, la mañana del 26 de septiembre de 1962, ante el paisaje dantesco que se aparecía a ojos de los rubinenses, la solidaridad se manifestó en la gran cantidad de voluntarios de todas partes que llegaron a la ciudad dispuestos a echar una mano en las muchas tareas de reconstrucción y ayuda que eran imperativas.
Esta situación de solidaridad se vio rota en el momento en que dirigentes de la Falange quisieron que todos los voluntarios vistieran con la camisa azul ante el alud de autoridades que llegaban y la presencia mediática de Rubí. El alcalde Miquel Rufé se negó y fue cesado a mediados de noviembre. Manuel Murillo se hizo cargo de la alcaldía.
La campaña solidaria emprendida desde la radio para ayudar a todos los pueblos afectados por la riada tuvo un éxito extraordinario. Cientos de personas se acercaron para ofrecer ropa, víveres y donativos para los damnificados. Todo se recogió en eel Palacio de Deportes de Barcelona y en el caso de Rubí llegó en camiones al Casino, desde donde se hizo la distribución.
La visita de Franco y de los príncipes de España
El general Franco visitó la ciudad de Rubí dos veces: el 2 de octubre de 1962, siete días después de la tragedia, y el 18 de junio de 1963 para supervisar personalmente el estado de las obras de reconstrucción. También vinieron los príncipes de España, el ministro de Vivienda, el nuncio del Vaticano, el obispo y el gobernador civil de Barcelona.