El festival Teatro sin teatro luce personalidad propia en su cuarta edición

El festival Teatro sin teatro ha vivido este fin de semana una nueva edición de éxito, marcada por la buena respuesta del público y la calidad de los espectáculos programados. Durante tres días, el evento organizado por el Ayuntamiento con el apoyo de La Tal ha llevado las artes escénicas en espacios poco habituales para su representación: las plazas Doctor Guardiet y Salvador Allende, el acceso a la Escuela Pau Casals, el gimnasio de la Schola y la illa de vianants.

En su cuarta edición, el festival ha vuelto a apostar por una programación diversa que combinaba el teatro de texto, el clown y el circo. Entre la docena de espectáculos previstos, se podían encontrar montajes galardonados como Flota... dos, de David Moreno y Cristina Calleja, reciente Premio Max al mejor espectáculo de calle, o Ye orbayu, de Circ Rural Trash, premio al mejor espectáculo "off" en el festival TAC de Valladolid, pero también otros títulos de calidad contrastada, como el montaje itinerante Open Door de la compañía Pere Hosta, la propuesta circense La bella tour  de la compañía homónima, el espectáculo familiar Bye bye... Confetti de la compañía Baldufa o el humorístico Asteroid de Campi qui pugui. Además, se han programado dos funciones del monólogo La noche es fría y el invierno no le gustan los perros, a cargo del grupo de teatro juvenil rubinense Tiamat Teatre ─con la que se han recaudado fondos para personas en riesgo de exclusión─, y se han recuperado dos montajes que se tuvieron que suspender el año pasado por culpa de la lluvia: Esquerdes de la compañía Hotel Iocandi y Clown in libertà de los italianos Teatro Necessario.

Por el contrario, la programación se ha visto parcialmente alterada debido a las lesiones de dos artistas. Así, el espectáculo Pelat de Joan Català se ha sustituido a última hora por Ricky, el profesor de tenis, de la compañía La Mano Jueves, mientras que Ai'moko de Aimé Morales ha caído a última hora del cartel.

Estos imprevistos no han restado aceptación a un festival que, en la mayoría de funciones, ha conseguido desbordar el aforo previsto. "Ha sido una edición con espectáculos muy diferentes y de mucha calidad, que en todos los casos han logrado una participación muy elevada, y entre los que no ha faltado la presencia de una compañía de Rubí, un hecho que nos enorgullece", ha destacado la alcaldesa en funciones, Ana María Martínez, que ha presenciado algunos de los montajes acompañada del concejal de Cultura en funciones, Moisés Rodríguez.

Por su parte, el programador del festival, Jordi Magdaleno, ha hablado de la consolidación de una propuesta "que ha dado un salto de calidad y que ya tiene una personalidad propia. De cara al 2020, nos planteamos que tenga aún más repercusión y abrirla quizás a más espacios de la ciudad".

Por primera vez, la programación del festival Teatro sin teatro se ha podido consultar y geolocalizar desde la app Rubí Ciutat.